Читать книгу Atención y concentración. Hacia una evolución dirigida de nuestro cerebro онлайн

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Dicho de manera simple, alguien que estudia, razona, opina, charla con un vecino, compra un regalo para su novia o apunta una cita en su agenda está, en ese preciso instante, utilizando las funciones ejecutivas, presentes en todas las actividades intelectuales, afectivas y sociales.

Todo lo que hacemos en el día, minuto a minuto, segundo a segundo, está controlado por estas funciones.

Apenas suena el despertador comienza una secuencia de pensamientos y acciones, como ducharse, vestirse, desayunar, leer el diario, tomar el subte y dirigirse hacia un lugar determinado.

Todas requieren de un correcto funcionamiento de estas funciones, aún cuando las tareas son rutinarias.

Como son esenciales para resolver problemas, su funcionamiento suele estar asociado a la inteligencia, en especial a la que se necesita para establecer relaciones entre los hechos, comprenderlos y tomar decisiones acertadas.

Pero las funciones ejecutivas son mucho más que eso y tienen una participación clave en aspectos como la autonomía, el libre pensamiento, la motivación y las emociones.

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