Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Mis amigos se enteraron de que mi madre era la empleada de Leidy y yo el simple hijo, me aceptaron, pero siempre hacían bromas del sitio donde vivía haciéndome sentir mal.
Un día Carlos José me invitó a su casa, allí me mostró como él vivía con sus padres y su hermana, me llevó con la excusa de estudiar, pero su interés eran las revistas porno que su padre tenía y así nuestra complicidad fue a más, desde ese día nos empezamos hacer pajas juntos, aunque nunca hicimos nada gay, siempre le respeté y él a mí, pero estaba claro que sus intenciones, al igual que las mías, era vernos nuestras pollas. Aunque él no la tenía muy grande me ponía muchísimo cómo se calentaba, viendo cómo se me ponía dura e incluso en varias ocasiones, con los otros colegas, nos juntábamos en su casa para ver porno y así masturbarnos todos juntos, era todo muy morboso, aunque ninguno daba el paso para hacer algo más, pero yo siempre esperé por si en algún momento pasaba.
En el transcurso de los días y las clases, empecé a tener novia, para que ninguno de mis amigos pensase que me gustaban los chicos, incluso llegué a tener tres novias, que todas se llamaban Diana, Diana Carolina, Diana Marcela y Diana Paola. Todas sabían que las engañaba, pero les gustaba tanto que me lo pasaban por alto, ¿y todo por qué?, porque les gustaba chuparme la polla. En los descansos casi siempre me llevaban a una zona privada para chupármela y follarse mi polla. Esto nunca me gustó y aunque eran chicas muy guapas yo siempre extrañaba tocar una polla.