Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн

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Me di cuenta que aún era virgen, pues el sangrado no paraba, pero los dos seguíamos muy cachondos así que empecé a mover la polla y ella empezó a gritar del dolor y tuvimos que parar por el susto que pasamos.

Al día siguiente ella misma vino y me empezó a poner cachondo, al verme ya con la polla dura, ella misma se sentó en ella y empezó a follársela poco a poco, fue la mejor sensación, sentir mi polla rozar por aquel coño pequeño y con cierta presión, hizo que no pensara, me corrí dentro de ella y sentí la mejor sensación jamás vivida, así que ella al ver mi gesto, se sacó la polla y puso el coño en mi cara, pues quería que se lo chupara con mi leche dentro y me encantaba aquella sensación de ver caer mi leche por su coñito hermoso.

Todos los días, siempre que no estuvieran en casa Leidy o mi madre. Hasta que un día, mi madre se enteró, me regañó y habló conmigo para hacerme entender el problema en el que me estaba metiendo si se enteraba de eso Dora, que era su madre o Leidy o incluso Don William, que era su niña mimada. Después de eso, hablé con Laura y acordamos no seguir haciendo nuestras complicidades. Pasaron casi tres meses y tenía que empezar a estudiar, por eso mi hermana mayor y las gemelas, tendrían que regresar, pero mi madre no pensó en las fechas y mi hermana no pudo llegar a tiempo para entrar a estudiar, sino hasta tres semanas después de comenzar.


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