Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Mi madre tenía que tomar una decisión importante y rápida, ya que en los días siguientes debía hablar con Doña Rosalba sobre el tema de nuestra casa, mi hermana se quedaría con las gemelas en nuestra casa, mientras que mi madre y yo nos íbamos a buscar casa a Zarzal.
Cuando llegamos a Zarzal fuimos a casa de Leidy. Era una casa gigante de tres pisos, Leidy vivía en la parte de arriba y su madre en el primer piso. Sin duda todo nos pareció estupendo, pues ella nos dejó una habitación maravillosa con camas fantásticas y sobre todo con una televisión que era suficiente.
En las siguientes semanas nos adaptamos muy bien, pues por las mañanas nos levantábamos, hacíamos la limpieza y por las tardes mi madre se iba a trabajar como administradora a la peluquería que Leidy tenía en el centro del pueblo.
Mientras, me quedaba solo en la casa, haciendo lo que más me gustaba, veía la televisión y muchas veces me hacía mis buenas pajas e incluso en ocasiones puse a la perra de la casa a que me chupara el capullo, con lo que disfrutaba muchísimo, pues sentir su lengua rozarme el capullo, hacía que me pusiese muy cachondo.