Читать книгу Mercados del lujo, mercados del arte. El gusto de las elites mediterráneas en los siglos CIV y XV онлайн
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Convendría recordar además, aunque lo estudia con mayor énfasis la Dra. López-Vidriero, la encuadernación que constituía, de forma decisiva, a crear un objeto de lujo.ssss1
Pero ¿qué podría entenderse por un libro de lujo? Diversos diccionarios se refieren al lujo aludiendo a la riqueza que se exhibe sin restricción, a su abundancia o a su superfluidad. Así, por ejemplo, de las tres acepciones del Diccionario de la Real Academia Española interesan, en esta ocasión, las dos primeras: «Demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo» y «Abundancia de cosas no necesarias».ssss1 Así pues, si la demasía y la abundancia de lo innecesario definen el lujo, el libro de lujo será aquél en el que el aparato decorativo supere las necesidades explicativas del texto al que acompañan y cuya comprensión facilitan. Superada, pues, la necesidad de comprensión, todo lo que excede en la parte ornamental resulta superfluo y, en este momento, la decoración responde a otros intereses.
Por libro de lujo puede entenderse aquél que destaca por: (1) la calidad de los materiales utilizados en su confección (pergamino, vitela, papel); (2) por la ejecución armónica y elegante de las escrituras utilizadas en la transmisión del texto, sean éstas manuscritas o impresas; (3) por la decoración que acompaña al texto, (4) así como por los materiales utilizados en la encuadernación. En definitiva, los libros belli in superlativo grado que refería Vespasiano da Bisticci, libros hermosos y bellos en grado excelente. ¿Cómo adquirían dicha condición? Copistas y mecenas eran conscientes de que para obtener un producto con dichas cualidades debían hacen confluir una serie de elementos materiales: pergaminos y vitelas de calidad, escritura caligráfica si es manuscrita y la decoración, tanto de las escenas incorporadas al texto como de las capitulares.