Читать книгу Mercados del lujo, mercados del arte. El gusto de las elites mediterráneas en los siglos CIV y XV онлайн

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Algunas de aquellas viviendas disponían también de pinturas en sus paredes, que llegaban incluso a dar nombre a las estancias en los palacios más importantes. No obstante, el marco habitual de estos murales solía ser la iglesia, y en ella en los últimos siglos de la Edad Media se asiste a un enriquecimiento técnico de dichas obras, con una clara tendencia a mostrar un aspecto más suntuoso, como lo observa Virginie Czerniak en su contribución, por la que desfilan halos de santos ricamente trabajados, y personajes vestidos con lujosas ropas, todo al gusto de los comitentes occitanos que gastaban ingentes cantidades en demostrar a sus conciudadanos la potencia de su linaje.

Pero volviendo a la vivienda nos encontraremos con unos interiores que poco a poco se van «vistiendo» con muebles, tapices y un sinfín de objetos que vendrán a sustituir a la austeridad de los siglos anteriores en aquellos hogares que se lo pudieran permitir. Los ejemplos nos los proporcionan aquí Mallorca y Toulouse, dos mundos distintos aunque con numerosos puntos en común. María Barceló nos presenta en la isla una cultura material rica y multiforme, que se beneficia de la encrucijada de rutas marítimas que allí convergen, y en cuyas casas se encuentra un cosmopolita abanico de piezas venidas prácticamente de todo el mundo conocido. También en Toulouse los inventarios de los potentados denotan su riqueza, que se expresa en este caso especialmente en las joyas y otros objetos de metales preciosos, analizados por Véronique Lamazou-Duplan.

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