Читать книгу Las bases del yoga. El origen del hatha-yoga, los nathas, y su expansión en Occidente онлайн

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Volvamos ahora a las Upaniṣads de mayor antigüedad para ver que la esencia del yoga ya estaba contenida en ellas. La Maitrāyaṇi Upaniṣad afirma:

Nuestro pensamiento es nuestro mundo. Una persona se convierte en lo que piensa. Este es el eterno misterio. Si la mente descansa en el interior, en el ātman, disfrutamos de la dicha eterna.4

Esta enseñanza es de vital importancia para comprender en profundidad la visión y el proceso del yoga. Quizás algunos podéis suponer que, por estar en la misma sala y escuchando la misma enseñanza, estamos viviendo todos la misma experiencia. Esto es absolutamente falso. Cada uno está en su mundo, en «su propia sala» y escucha esta enseñanza a su manera; todo es siempre una proyección de nuestra mente. Alguien quizás está pensando: «¡Este swami no acaba nunca!». Otro puede pensar: «¡Qué enseñanza más profunda!». Y si alguien siente picor en la espalda y se está rascando, su atención no estará en la enseñanza. Todos estamos en nuestra propia mente.

En la Muktikopaniṣad encontramos un diálogo entre Sri Rama y su devoto Hanuman en el que este último le pregunta acerca del medio para alcanzar la liberación (kaivalya). Sri Rama le responde que la enseñanza de la Māṇḍūkya Upaniṣad es suficiente. Si no lo fuera, le aconseja el estudio de las diez Upaniṣads mayores. Finalmente, le nombra ciento ocho Upaniṣads y le indica que el conocimiento que contienen conlleva la destrucción de la falsa identificación con el cuerpo, los sentidos y la mente, y que conduce inexorablemente a la liberación en vida (jīvanmukti). Sri Rama enfatiza a Hanuman que este es un conocimiento secreto y que solo puede ser revelado a aquel que está dedicado al servicio de su maestro, que es devoto, que sigue una conducta digna y que es inteligente, indicándole también que el discípulo debe ser probado antes de recibir la iniciación.

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