Читать книгу Patrick Modiano. Perros en la memoria онлайн

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Solo a partir de estas premisas en la que se condensan buena parte de los fantasmas modianescos, y de los desdoblamientos psíquicos y la intertextualidad que implica, se puede desentrañar el sentido de la última frase de este párrafo: «Nosotros, para pasar el tiempo, contábamos los perros de nuestra vida». Los perros de su vida que toma en consideración son las gentes que ha conocido y que «pasan» por ese café de los sueños que es la escritura literaria; son también sus lecturas, en este caso concreto, los cuentos infantiles de Aymé y una de sus nouvelles, que le lleva al Céline de su primera novela; y son también obviamente los perros reales, que, como dice la abuela del cuento, tienen casi tanta diferencia de corazón y de cabeza como las personas. Modiano corrobora su predilección por el cuento de Aymé en Elle s’appelait Françoise… Cuenta Modiano que, en los rodajes, Françoise Dorléac recogía conejos y perros perdidos. Y tras confesar que le emociona la foto en que se ve «tout petit» a su chihuahua, sentado en la silla de lona en la que está inscrito el nombre de la actriz, se pregunta si Françoise Dorléac «¿habría leído el maravilloso relato de Marcel Aymé: Los perros de nuestra vida?» (L21M 32).

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