Читать книгу Los profesores de Segunda Enseñanza en la Guerra Civil. Republicanos, franquistas y en la "zona gris" en el País Valenciano (1936-1950) онлайн

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En nuestro país, ni el republicanismo ni el antirrepublicanismo constituyeron culturas políticas homogéneas. Tanto las fuerzas antirrepublicanas aglutinadas finalmente en el franquismo como las republicanas nunca presentaron una plena identificación, siempre mantuvieron diferencias. Los españoles de DRV, Acción Nacional, Renovación Española y Falange Española tenían conciencia de formar parte de la misma cultura política o movimiento transnacional que estaba consiguiendo tantas adhesiones entre sus contemporáneos europeos en los años treinta. El franquismo nunca fue un todo monolítico, los distintos sectores –pese a las pugnas motivadas por la diferente concepción educativa y otros aspectos– participaron de una plena identificación con la ultraderecha europea contemporánea y transitaron el mismo espacio político.

Somos conscientes de que el uso del lenguaje no es gratuito, y al utilizar los conceptos franquista y antifranquista para referirnos a las facciones enfrentadas durante la guerra en el terreno de la Segunda Enseñanza, podemos ser acusados de usar una terminología avant la lettre. Se puede pensar que estamos dando carta de naturaleza a la dictadura franquista antes de que estuviera mínimamente constituida. Y lo que es peor, alguien puede interpretar que nos guiamos por una visión teleológica que precede el resultado de la guerra, como si este estuviera decidido de antemano. Estas consideraciones están muy lejos de nuestra intención, pero el hecho de que por el momento los historiadores sigan teniendo muchos problemas para poder determinar de manera consensuada la naturaleza política del franquismo y el debate continúe abierto nos ha disuadido a la hora de oponer los términos fascismo y antifascismo al referirnos a nuestra guerra. Las razones estriban en que si bien el segundo no genera polémica y podría englobar perfectamente a las distintas fuerzas republicanas, el primero no es aceptado por la totalidad de la comunidad historiográfica porque, como es sabido, en el franquismo confluyeron fascismo y nacionalcatolicismo, lo que se ha denominado «nacionalismo reaccionario».7

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