Читать книгу La constelación tercermundista. Catolicismo y cultura política en la Argentina 1955-1976 онлайн
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Es recién en el contexto de la Resistencia Peronista y el mayor protagonismo asumido por el movimiento obrero durante las huelgas que lo enfrentaron al gobierno de Arturo Frondizi cuando se gestó un cambio significativo en el antiperonismo primigenio de ASA. La muestra más visible de este giro fue su apoyo a la postura de que se reconociera una central única de trabajadores. Cierto recambio dirigencial potenció la apertura de ASA hacia el contexto latinoamericano cuando uno de sus cuadros, el dirigente metalúrgico Emilio Máspero, fue elegido delegado de la Confederación Latinoamericana de Sindicalistas Cristianos.
Por el lado de la JOC, encontramos una de las experiencias más ricas en lo referente a los espacios de sociabilidad y las redes de individuos, mediadores y grupos que se formaron bajo sus principios o transitaron por algunas de sus instancias asociativas.
La JOC era una rama especializada de la Acción Católica fundada en 1925 por el sacerdote belga Joseph Cardijn. Con el objeto de dar una respuesta a lo que en palabras de Pío XI era el escándalo que significaba para la Iglesia haber perdido a la clase obrera desde el siglo XIX, la JOC fue organizada sobre la base de la concepción de un proletariado homogéneo y descristianizado. El propósito de la JOC era evangelizar a los jóvenes obreros no solo en las fábricas, sino también en la calle y en sus lugares de esparcimiento. Su objetivo no era crear sindicatos cristianos sino formar a los obreros según los principios cristianos para luego conquistar el medio social. El método de trabajo jocista se basaba en la pedagogía de la “revisión de vida”: ver, juzgar, actuar. El punto de partida era, pues, el diagnóstico de la realidad y su análisis profundo para recién pasar a la acción. El método de la JOC significaba, así, un cambio de óptica importante respecto del modelo italiano ya que la realización del apostolado no partía de dogmas o de la formación previa recibida en las parroquias, sino de los problemas específicos de un ámbito pastoral concreto. Asimismo, acentuaba el ejercicio evangelizador por parte de los propios obreros, de ahí que nunca fueran fáciles las relaciones de la JOC y de sus asesores con la jerarquía, ya que se experimentaba una permanente tensión entre las líneas de acción decididas por sus militantes y las directivas de la institución.