Читать книгу La constelación tercermundista. Catolicismo y cultura política en la Argentina 1955-1976 онлайн

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La propuesta de pacificación nacional enunciada por el general Lonardi bajo el lema “Ni vencedores ni vencidos” demostraba –según Tulio Halperín Donghi (1991: 92-93; 1994)– una cuota de realismo ante el grave problema que debería enfrentar la revolución. Se trataba de dar solución a una cuestión de larga data en los vaivenes que el camino de la democracia había instalado en la política argentina del siglo XX. El peronismo había reeditado el conflicto entre dos legitimidades contrapuestas, que se había abierto desde la puesta en marcha de la primera democracia radical y que se había redefinido y perpetuado con nuevos actores.

Sin embargo, el estilo personalista que Lonardi intentó dar a su gestión no se correspondía con su falta de liderazgo dentro de las Fuerzas Armadas, no solo por el hecho de que era un militar retirado, sino porque el triunfo revolucionario había sido posible por la participación de la Marina. Además de advertirse rápidamente fuertes discrepancias entre el Ejército y la Marina acerca de la política a impulsar tras los hechos del 16 de septiembre, existían incluso en la primera de las fuerzas otras figuras relevantes además de Lonardi. Eran ellos los generales Pedro E. Aramburu, Julio Lagos y Arturo Osorio Arana (Potash, 1983; Spinelli, 2005).

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