Читать книгу Escrito en la orilla. Una travesía litoral con Lacan онлайн

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Como dice “muchas razones” pero no cuáles, nos autoriza o nos invita a inventarlas. Lacan, cuando produce la vuelta a Freud, al leerlo, lo hace desde la letra y el significante.

Volvamos también a Freud. Una de las cuestiones más complicadas de sus textos, donde hay muchas oscuridades, la constituye la existencia de dos tipos de pulsiones: las pulsiones de vida y las de muerte. ¿No podemos pensar, acaso, que el significante tiene que ver con la chispa de la vida? “El espíritu vivifica” repite Lacan como una letanía. Sí, el chiste, el retruécano, el acto fallido, los sueños, los síntomas, van de la mano de la vida, de la risa y la sonrisa, del placer. Pero en ese juego mismo existe algo que repite, insiste, impide lo nuevo, frena el movimiento, enclava, fija, y Lacan también repite “la letra mata”. En esa red intrincada, se juega lo uno y lo otro, la disección es imposible. Recordemos palabras de Lacan que en “Del Trieb de Freud y del deseo del psicoanalista” escribe: “[M]alaventura del deseo en los setos del goce”.8

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