Читать книгу De mujeres y partos. Matronas y cambio social en la segunda mitad del siglo XX онлайн
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La siguiente posición es el punto de vista feminista. Entiende que basándose en la realidad, la experiencia vivida por las mujeres plantea un punto de vista diferente al de los hombres y ello se traduce en que los problemas a investigar serán los que a priori parezcan relevantes para la salud de las mujeres y no se constriñen a los factores de riesgo clásicos. Contempla la influencia de la doble jornada laboral o la dedicación de las mujeres al cuidado personal y de los afectos en los miembros que componen la familia. La mirada feminista muestra cómo las mujeres experimentan el mundo y cómo es posible encontrar relaciones de subordinación y de exclusión social en sus relaciones con los hombres. Esta línea también es aceptada –aunque con menos complacencia– por la ciencia hegemónica porque se sigue valiendo de la metodología positivista, aunque añade algunos métodos de investigación cualitativa que interpretan cómo es vivida una experiencia por las mujeres. Respecto a los sesgos de género que se producen en la práctica clínica afirman que son debidos a la poca consideración que se tiene hacia las mujeres y su sufrimiento y a que la sociedad actual está estructurada en base a unas relaciones de poder que se reproducen mediante estereotipos que también mantiene el personal sanitario en su atención profesional. Una vez más, las críticas a este punto de vista vienen por la supuesta universalidad que se presupone en las mujeres, sin tener en cuenta las diferencias en función de la clase social, la raza o la cultura a la que pertenezcan.