Читать книгу Revistas para la democracia. El papel de la prensa no diaria durante la Transición онлайн

4 страница из 99

De acuerdo con Renaudet, sería la prensa de oposición al franquismo durante el último decenio de la dictadura y la Transición democrática la que, con toda propiedad, puede ser considerada un parlamento de papel donde tiene cabida la expresión de las voces críticas con la dictadura y a favor de la democracia. Y esa prensa, de acuerdo con la selección de cabeceras incluidas en su obra, la componen las revistas semanales y mensuales que no dejaron de ser vigiladas, castigadas, sancionadas y suspendidas por los últimos gobiernos de Franco: Triunfo, El Ciervo, Cuadernos para el Diálogo, Andalán, Serra d’Or, Asturias Semanal y Presència, como las más destacadas. La obra de Fontes y Menéndez aporta un panorama más exhaustivo de la prensa semanal y su evolución, que incluye también las revistas ilustradas, de humor, religiosas y femeninas, así como las nuevas revistas de información crítica como Cambio 16 e Interviú.

A dicha vigilancia y persecución de las revistas críticas –y también de otras que no lo eran tanto– se aplicaron, con diferentes grados de intensidad, Manuel Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo promotor de la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 a cuyo amparo se publicaban, y sus sucesores, Alfredo Sánchez Bella, Fernando de Liñán, Pío Cabanillas Gallas y León Herrera Esteban. No dejaron de hacerlo también, una vez muerto Franco, los sucesivos ministros del ramo Adolfo Martín Gamero y Andrés Reguera Guajardo, en los primeros gabinetes de la Monarquía presididos por Carlos Arias Navarro y Adolfo Suárez. Valga como ejemplo de una doble vara de medir, incluso en el momento del relevo en la Jefatura del Estado, que, hallándose suspendidos dos semanarios de amplia difusión –Mundo y Triunfo–, el indulto dictado con motivo de la jura del rey solo benefició al primero.

Правообладателям