Читать книгу Revistas para la democracia. El papel de la prensa no diaria durante la Transición онлайн

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Una aplicación más benévola del artículo 2 de la Ley de Prensa, que siguió en vigencia hasta las vísperas electorales de 1977, no impidió que el Gobierno continuara sancionando a diarios y revistas por motivos políticos, así como por faltas a la moral, un apartado de la ley que tomó importancia ante el fenómeno del llamado «destape» del cuerpo femenino en la prensa y en el cine. Solo en el primer trimestre de 1976 hubo hasta trece secuestros de ediciones de seis revistas por este motivo, a las que se añadió la recién nacida Interviú en mayo. Además, El Papus y Papillon fueron objeto de sendas suspensiones de cuatro meses. Esta variedad de censura moral a posteriori se mantuvo intensamente en los nueve primeros meses del Gobierno Suárez, incluyendo el cierre definitivo de la última citada.

¿Cómo se comportaron las revistas políticas y las de información general durante la Transición desde el punto de vista político? ¿En qué medida prestaron su apoyo a los partidos emergentes, a cuyos miembros en la clandestinidad sirvieron de tribuna durante los años anteriores? Es una pregunta de investigación paralela a otra y distinta, aunque con una fuerte analogía, planteada para los principales diarios, que pasaron de servir a las llamadas familias políticas del franquismo –Movimiento, monárquicos, católicos, tecnócratas e independientes–, a apoyar a las opciones reformistas surgidas del mismo régimen, que formulamos en un proyecto anterior.

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