Читать книгу Revistas para la democracia. El papel de la prensa no diaria durante la Transición онлайн

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El estilo periodístico era, desde luego, mucho más libre e incisivo de lo acostumbrado en la prensa de la época. Al no obligarse a un seguimiento constante de los temas de la actualidad, la revista se permite un abanico temático extremadamente amplio y variado, lo que aumenta el atractivo popular de la publicación. Todo ello aderezado con abundante material erótico, portadas y desplegables de mujeres desnudas que, a veces, se legitimaban como una apuesta por la liberalización de las costumbres y la moral. La política de firmas de prestigio fue siempre una de las bazas de la publicación. Daba cabida a colaboraciones de un espectro ideológico tan amplio como contradictorio: desde Emilio Romero y su franquismo descreído, hasta el propio Vázquez Montalbán, comunista reconocido. Desde Manuel Martín Ferrand hasta Francisco Umbral.

La apuesta por esa especie de «populismo informativo» tuvo más respuestas desde la izquierda, en la que globalmente militaba la revista, que desde la supuestamente escandalizada derecha mediática. Las feministas protagonizaron protestas ante la redacción en octubre de 1977 y ataques desde la publicación teórica del movimiento, Vindicación Feminista, en los que señalaban que la utilización del cuerpo de la mujer nunca podía considerarse como una conquista de la libertad. Y La Calle publicó una investigación sobre la revista bajo el título «Desnudamos a Interviú»,ssss1 en la que reducía su «modelo de éxito» a la combinación de «sexo, sangre, violencia y escándalo». Esta crítica mereció una airada respuesta de la revista bajo el título «¿A quién le duele Interviú?».ssss1

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