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En concreto, lo que pretendo en estos capítulos es llamar precisamente la atención sobre la concurrencia de cuatro factores en todas las clases de revolución, ya sean planificadas, espontáneas o negociadas. Al elaborar una teoría sobre la revolución, esos cuatro factores constituyen los pilares fundamentales del marco analítico. Se hace referencia, así, a la dimensión institucional, a la internacional, al liderazgo y la agencia y, finalmente, a la economía. Cualquier análisis sobre la revolución debe tenerlos en cuenta. Al mismo tiempo, se trata de factores interconectados y ninguno de ellos se puede separar del resto. Así, las instituciones determinan o influyen en las relaciones de poder, dentro del Estado, entre el Estado y la sociedad, y entre los actores sociales y quienes aspiran a adueñarse del control político. Pero estas relaciones institucionales tienen lugar en un contexto más amplio, como es el internacional, en el que se decide también la fortaleza o debilidad del Estado y los recursos con que cuenta. Estos y, más ampliamente, la economía, son también importantes, ya que la capacidad de las instituciones está en función de ellos, pero también, como veremos que sucedió en Europa del Este a finales de los ochenta, las prioridades de la sociedad y la dirección que ha de tomar el Estado tras las revueltas. Todo ello muestra la relevancia de lo que denominamos “agencia”, es decir, de la capacidad de los individuos para tomar sus propias decisiones. Especialmente en el caso de las revoluciones planificadas y en las coyunturas críticas que aparecen como consecuencia de la toma revolucionaria del poder, las decisiones adoptadas por los líderes pueden tener consecuencias duraderas y de vasto alcance[12]. Por decirlo lisa y llanamente, mientras que Nelson Mandela poseía convicciones democráticas, este no era el caso de Lenin, Mao, Ho Chi Minh, Castro o Jomeini. Y aunque estos no fueron las únicas figuras revolucionarias, sus ideas personales fueron las decisivas para el resultado y configuración institucional del Estado.