Читать книгу La censura de la palabra. Estudio de pragmática y análisis del discurso онлайн

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Por su parte, la imagen y el discurso exhiben profundas divergencias, y los instrumentos teóricos con los que acercarse a ellos no son en muchos casos intercambiables. Destaquemos, por lo pronto, algunas diferencias: los discursos se procesan de manera sucesiva y lineal, y sus partes tienen relaciones sintácticas, mientras que las imágenes se perciben en el espacio y sus distintas partes tiene relaciones espaciales; asimismo, las imágenes son icónicas, remedan de algún modo lo representado, y los discursos no lo hacen:ssss1 las palabras casa, maison o house no se parecen a una casa y, en cambio, nos la recuerda la abarrotada 13, rúe del Percebe del dibujante Francisco Ibáñez. Por cierto, en su segundo derecha vivió de 1961 a 1964 un doctor que, como Frankenstein, creaba monstruos. El censor recomendó a la editorial que desapareciera ese personaje por ser blasfemo: solo Dios podía generar vida.ssss1 A ello se debe que, en la revista Tío Vivo que recuerdo de mi infancia, ya ocupara ese domicilio un sastre vago y guasón. En fin, de nuevo la diferencia entre imagen y palabra: han seguido mi exposición verbal de forma lineal, pero, cuando caiga en sus manos el tebeo, su mirada no subirá en el ascensor desde el portal sino que saltará directamente al piso segundo para comprobar si en su ejemplar reside el doctor o el sastre.


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