Читать книгу La censura de la palabra. Estudio de pragmática y análisis del discurso онлайн
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De todos modos, tampoco la segunda acepción del DEA se acomoda por completo a nuestros intereses. Es demasiado restrictiva para un estudio que aspire a fijar un concepto pragmático, pues se ocupa únicamente del prototipo histórico de censura: la censura previa oficial (§§ 1.4.1 y 9.5.2). En realidad, cualquier persona puede censurar, aunque no pertenezca a una institución oficial. También censura quien marca como inapropiado el comentario de una noticia a sabiendas de que, con esta indicación, los administradores de un periódico digital la eliminarán de la página web. Adviértase que, de nuevo, en esta interacción existen al menos tres participantes –quien colgó el comentario, quienes tal vez desearían leerlo y quien lo marca para que desaparezca–.ssss1
En cuanto al carácter peyorativo de la palabra y del concepto censura, se ha de señalar que se trata de una connotación relativamente reciente. En su Contrato social Jean-Jacques Rousseau (2005 [1762], capítulo VII) todavía mantiene:
Así como la declaración de la voluntad general se hace por la ley, la declaración del juicio público se hace por la censura; la opinión pública es la especie de ley de la que el censor es el ministro, y que él no hace más que aplicar a los casos particulares a ejemplo del príncipe.