Читать книгу La censura de la palabra. Estudio de pragmática y análisis del discurso онлайн
32 страница из 80
Sin embargo, este planteamiento parte de una simplificación de la comunicación. No hay que confundir lo que se quiere comunicar y una expresión en concreto fuera de todo contexto, una expresión que, forzados por las circunstancias, casi siempre se traicionaría. Si a un pasajero del autobús, siguiendo la norma española le decimos: «Perdón» o «¿Va usted a salir?»,ssss1 le estamos pidiendo que se aparte para dejarnos bajar. Esta no es una forma censurada frente a: «Apártate», sino la que transmite lo que se tiene intención de comunicar sin añadir una ofensa. No existen expresiones naturales en una lengua que se correspondan a un buen salvaje absolutamente desinhibido en un mundo sin circunstancias; todas son estímulos que pretenden comunicar de un modo ostensivo lo que se desea en un contexto determinado. Los franceses que saludan con un «bonjour, madame» no se censuran frente a los españoles que se dirigen a una señora con un simple «buenos días» –esto es, sin la forma apelativa de tratamiento– se limitan tan solo a saber hablar en francés.