Читать книгу Pisagua, 1948. Anticomunismo y militarización política en Chile онлайн
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La Guerra Fría no fue solo militar, sino además cultural, siendo una confrontación por las mentes de la población, para la que se utilizaron métodos de guerra psicológica, es decir, la persuasión, toda vez que la pugna entre distintos modelos de sociedad se jugó en los estudios universitarios, el cine, la literatura, las historietas y en las distintas expresiones sociales. En esta Guerra Fría cultural, los intelectuales desempeñaron un importante papel, al igual que la propaganda, dirigida a influir en el pensamiento, las opiniones, actitudes, emociones y comportamientos de las personas180. Los Estados Unidos utilizaron este tipo de guerra para destruir la atracción que ejercía el marxismo y la Unión Soviética entre la intelectualidad europea tras la Segunda Guerra Mundial y atraerla hacia su política exterior, tarea en la que la CIA tuvo un protagonismo clave, desarrollando acciones encubiertas. La Unión Soviética tenía una mayor experiencia en el uso de la cultura como herramienta de persuasión, desarrollada durante la Revolución Bolchevique, la guerra civil-internacional que le siguió y la consolidación del estado soviético. Parte de esta naciente Guerra Fría cultural fue el Congreso Mundial por la Paz, cuyo origen estuvo en el Congreso de Escritores en Berlín del Este, en 1947, y que tomó forma definitiva en París, en 1949, en el Comité Mundial de Partidarios de la Paz y finalmente en 1950, en el Consejo Mundial de la Paz, tras el llamado de Estocolmo. Acusándola de fachada para sus planes de conquista mundial, Estados Unidos contrapuso el Congreso por la Libertad de la Cultura, organizado por la CIA.