Читать книгу Vergel de perfectísimas flores. El convento de Corpus Christi de Carcaixent онлайн
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No logró el Demonio sus designios, que fue embarazar este nuevo presidio de espirituales amazonas, que avía de ser freno a sus diabólicas tiranías; aunque atravesó mil contradiciones y disturbios, con los que, y otros pretextos, se avía desvanecido que se fundara el convento en la villa de Xèrica, donde avía para ello algunos legados.58
Las autoridades provinciales de la orden zanjaron la polémica decretando el asentamiento en Vila-real.59 Aquí surgirían otros tantos obstáculos. Primero, a la hora de dar con el emplazamiento adecuado. Los enormes dispendios ocasionados por la habilitación de los espacios escogidos vendrían después. Y, por último, la jurisdicción sobre el establecimiento. Más generosas en detalles se muestran esta vez las crónicas de la Orden:
Abraçaronle con mucho gusto la villa, clero y todos, y deseavan hazer elección de una iglesia que llamavan la cofradía de Santiago; y ofreciéndose algunos reparos que embaraçaron la suerte de esta expedición, la resolvieron en la Casa de los Cucalones, llamado vulgarmente en dicha villa El Palacio. Compró todo su sitio el doctor Trullench, [que entre lo que gastó en comprar las cassas y lo que dio de ornamentos y otras halajas para convento, yglesia y altares passaron de 6 mil ducados, y de que, aún no bien satisfecha su gran piedad, hizo donación de toda su hazienda a dicho convento]; si bien, por aver estado inhabitable mucho tiempo padecían ruyna todos sus compartimentos, y para reedificarlo y disponerlo en forma de iglesia y convento gastó gran cantidad de dinero el padre maestro Faxardo. En esta reedificación y disposición huvo más dificultades que en los ajustes de la fundación entre la villa y el clero. Y los de éste no fueron pocos y mesclados con muchas pesadumbres nacidas de pretender con vivas ansias que aquel nuevo convento estuviere sugeto al ordinario, pues no avía allí convento de religiosos de la orden. Y para convencer que esse cuidado no era molestia para la religión, ni perjuizio para las religiosas, se ofrecieron quiebras de calidad, y para soldarlas se vio en riesgo la execución.60