Читать книгу Ser padre con san José. Breve guía del aventurero de los tiempos posmodernos онлайн

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Lo que en nuestro caso atañe únicamente a una toma de conciencia se cumple plenamente en el propio ser de José. El Nuevo Testamento comienza con estas palabras: Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. A Mateo lo han moldeado las Escrituras: sería incapaz de ignorar que esa fórmula introduce a los hijos de la persona nombrada, no a sus antepasados, puesto que el nombre propio está en genitivo subjetivo. Esta es la relación de los descendientes de Abrahán (Gn 5, 1); estos son los descendientes de Noé (Gn 6, 9); estos son los descendientes de Ismael (Gn 25, 12)… En el Génesis esta expresión se emplea en once ocasiones y siempre para elaborar la lista de los hijos de Adán, de Noé, de Ismael… En el caso de Isaac la expresión se acerca mucho al incipit del evangelio según Mateo: Estos son los descendientes de Isaac, hijo de Abrahán: Abrahán engendró a Isaac (Gn 25, 19). No obstante, lo que leemos a continuación es la historia de Isaac y de Rebeca y del nacimiento de sus gemelos, Jacob y Esaú, después de la esterilidad. Cuando escribe «Genealogía de Jesucristo», Mateo nos está presentando al Hijo como si se hallara en el principio de todos los engendramientos desde Abrahán, en consonancia con lo que Él mismo afirma explícitamente en Juan (8, 58): Antes de que Abrahán naciese, yo soy.

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