Читать книгу Ser padre con san José. Breve guía del aventurero de los tiempos posmodernos онлайн

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eres el presente que se acumula.

Nos uniremos sin tener que abordarnos ni que prevernos,

como dos adormideras forman en amor una anémona gigante.

René Char. «Marta». Furor y misterio.

PARA SER PADRE HACE FALTA una mujer. Pero no se debe tomar mujer para ser padre. En ese caso sería una mujer objeto. Una yegua de cría. Una matriz en cuyo interior fabricar al sucesor de la empresa Dombey e hijo, S.A. Para ser padre, por lo tanto, no hay que perseguir la paternidad. Siempre y cuando no se trastoquen las cosas, lo que el padre busca ante todo es a la mujer, no al hijo. Tampoco busca en ella un medio para llevar a cabo sus proyectos.

Si todo se redujera a nuestros proyectos masculinos —llegar a ser un general de cinco estrellas, el nuevo Marcel Proust o el moderno Earl Tupper, el inventor de Tupperware—, sería preferible evitar tanto el matrimonio como la progenie. Las dos cosas nos distraen de los grandes logros. Interrumpen nuestro trabajo con preocupaciones tan fútiles como arreglar la puerta de un armario o jugar a la pelota. Pero fíjate en lo ladinos que son los hechos: nosotros solo queríamos bebernos una deliciosa cerveza para relajarnos entre una tarea productiva y la siguiente, ¡y resulta que la cerveza viene encima de una bandeja, y la bandeja acompañada de una camarera!

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