Читать книгу Melanie Klein. Envidia y gratitud. La matriz del odio y del amor онлайн
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En 1919, en Budapest, alentada por S. Ferenczi, su analista, había iniciado el tratamiento de un niño. A partir de 1921, en Berlín, animada y sostenida por K. Abraham, su segundo analista, había empezado una práctica que pronto culminó en un genuino psicoanálisis infantil. En los primeros años londinenses el psicoanálisis de niños se consolidó como una disciplina por su propio derecho y M. Klein la defendió contra posiciones que ella juzgó siempre menos analíticas, sobre todo las de Anna Freud.
La adhesión de M. Klein a la teoría del instinto de muerte a partir de 1932 le había permitido ver de una manera distinta la destructividad y el sadismo pero, también, había abierto un lugar para los instintos de vida, es decir, el amor. Por vez primera, el concepto de amor adquirió un sentido complejo que trasciende con mucho el ámbito psicoanalítico. A la luz de la importancia y la trascendencia de la idea del amor como preocupación por el objeto, cuidado, reparación y, más tarde, gratitud, el modelo kleiniano no podría ser acusado de pesimista en cualquier sentido serio.