Читать книгу Melanie Klein. Envidia y gratitud. La matriz del odio y del amor онлайн

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Esta noción siempre tuvo gran importancia para Freud debido a la función central que asignaba al falo en ambos sexos. En la clínica, había anticipado que esta envidia podía conducir a un análisis interminable.

Con el trasfondo de la crítica de la teoría freudiana de la sexualidad femenina iniciado por Karen Horney (1924), M. Klein (1932) pareció entender mejor a Freud: reconocía la presencia de la envidia en los deseos del bebé de destruir todo cuanto posee la madre, en particular, el pene paterno (en el caso de la niña, no por temor de la castración sino de la intrusión). En 1932, igualmente, Joan Riviere estableció el vínculo que une a la envidia con el deseo del bebé de apoderarse del pecho materno y de arruinarlo.

Envidia y gratitud no propone una transformación del modelo kleiniano como podría pensarse de Más allá del principio de placer (1920) o de El yo y el ello (1923) que establecieron una segunda tópica en la teoría freudiana. Se trata de algo que M. Klein “añadió”. La adición sin duda altera concepciones anteriores, supone nuevas propuestas y enriquece otras ya planteadas. De estas adiciones, modificaciones y matices nos ocupamos en los apartados Análisis del texto y Trascendencia.

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