Читать книгу Melanie Klein. Envidia y gratitud. La matriz del odio y del amor онлайн
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La envidia y la gratitud, como las planteó Klein, son indispensables para comprender tanto el funcionamiento mental en desarrollo como la psicopatología y el trabajo clínico de los analistas desde una teoría de la observación. Si bien Freud ya había hablado de la envidia, referida a la situación de la mujer frente al hombre por la posesión del pene, la noción kleiniana, desde el inicio de su teorización, pero más enriquecida a partir de 1955, la vuelve universal, medular y fundante del psiquismo.
Es bien sabido que la noción de envidia primaria —no así la de gratitud primaria— ofendió a muchos psicoanalistas que se resistieron y se resisten a suponer que el sujeto humano pueda venir equipado, psíquica y físicamente hablando, con tales elementos malignos. Pareciera que contemplan a la criatura como un ente que nace puramente bueno y que adquirirá la malignidad a lo largo de su recorrido por el mundo de los eventos inter-vinculares; pareciera que el mal es impuesto desde el exterior.
No cabe duda que un ambiente psicótico, por ejemplo, afectará profundamente cualquier posibilidad de desarrollo mental (sólo un loco lo negaría). Pero es también cierto que existen dotaciones psíquicas que nos obligan a leer la realidad interna y externa y a significarla de formas distintas y que trascienden con mucho el ámbito del entorno del sujeto, el ambiente.