Читать книгу Conservación en la Patagonia Chilena. Evaluación del conocimiento, oportunidades y desafíos онлайн

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El extremo sur de Sudamérica es un territorio de grandes contrastes climáticos, desde condiciones híper-húmedas en el margen occidental hasta semiáridas en el margen oriental, que se destaca por la contigüidad espacial entre ambientes marinos, dulceacuícolas y terrestres en un sistema de golfos, fiordos y estuarios, y una cobertura de bosques y humedales con la mayor continuidad latitudinal de todo el hemisferio sur (41°-56° S). Es, sin duda, uno de los paisajes más excepcionales del mundo, con su singular belleza escénica (Guala et al., 2021) y diversidad de ecosistemas, donde se reconocen numerosos enclaves remotos, escasamente transformados por la actividad humana (Pickard, 1971; Pickard y Stanton 1980; Mittermeier et al., 2003; Martínez-Harms y Gajardo, 2008; Rozzi et al., 2012; Iriarte et al., 2014, Astorga et al., 2018).

La persistencia hasta hoy de estas áreas remotas, muchas de ellas aún no transformadas por el impacto humano, reviste especial interés científico porque son importantes reservorios de procesos ecológicos preindustriales y constituyen enclaves para amortiguar y contrarrestar los efectos del cambio global en el planeta (D’agata et al., 2016; Jones et al., 2018; Watson et al., 2018a, b). La integridad de funciones de los ecosistemas en la Patagonia chilena se ve fortalecida por la gran extensión terrestre dedicada a parques y reservas, que cubren un inusual 55% del territorio, equivalente a un 71% del total nacional de superficie protegida (Jones et al. 2018; Tacón et al., 2021). Por su parte, la conservación oficial de los sistemas marino-costeros patagónicos alcanza al 41%; considerando 11 parques y reservas marinas, áreas marinas costeras protegidas, y santuarios de la naturaleza, con 11.218 km2 (6% del maritorio patagónico) y la extensión marina-costera de 7 parques y reservas nacionales del Sistema de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), con 63.703 km2 (35% del maritorio) (Tecklin et al., 2021). Lamentablemente, el reconocimiento de estas áreas marinas costeras del SNASPE por la institucionalidad pública y su gestión han sido muy variables.

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