Читать книгу El no alineamiento activo y América Latina. Una doctrina para el nuevo siglo онлайн

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Sin embargo, América Latina se encontró al final de la fila para acceder a las ansiadas vacunas. Si bien las mismas fueron desarrolladas en parte importante en los Estados Unidos, el Reino Unido y otros países de Europa Occidental, el acceso a ellas por parte de los países en desarrollo ha sido reducido. Ello ha creado una brecha de inequidad entre el Norte y el Sur Global, que se manifiesta también en numerosos otros frentes.

La expectativa de muchos gobiernos latinoamericanos era que los países de la región tendrían acceso a las vacunas producidas en Estados Unidos. Y fue por ello que en febrero de 2021, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con México en situación límite, aproximándose a las 200.000 muertes por la pandemia, llamó al presidente Biden para solicitar su cooperación en la materia. Sin embargo, en esa ocasión la respuesta del mandatario estadounidense fue negativa. Biden señaló que solo una vez que toda la población de los Estados Unidos estuviese vacunada podría Washington comenzar a considerar el exportar o donar vacunas –pese a que los Estados Unidos contaba con treinta millones de dosis de vacuna AstraZeneca en bodega, cuyo uso aún no había sido autorizado en su país–. Fue solo algunas semanas después que Biden accedería al pedido de vacunas de México, a cambio de ayuda para resolver la crisis migratoria en la frontera Sur (Bollyky 2021). Fue en ese cuadro que el presidente mexicano le había agradecido públicamente a Rusia, China e India por su apoyo en materia de vacunas contra el covid-19: “Acudimos a ellos, y respondieron en forma fraternal”, dijo el mandatario mexicano.

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