Читать книгу El no alineamiento activo y América Latina. Una doctrina para el nuevo siglo онлайн

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La rivalidad entre los dos países es un hecho, pero lo es también la interdependencia. El comercio bilateral alcanzó los US$ 630 mil millones de dólares en 2018, mientras las inversiones acumuladas entre 1990-2019 de China en Estados Unidos llegó a US$ 150 mil millones de dólares y las de Estados Unidos en China para el mismo período sumó US$ 284 mil millones. Y hay otras dimensiones que reflejan la intensidad de los contactos: en 2019, de los 1.095.000 estudiantes extranjeros en Estados Unidos, 369.000 provenían de China.

Washington no ha abandonado su insistencia en el regime change, su afán intervencionista, ni la diplomacia coercitiva: nada de eso es la práctica china actual. Recientemente, Washington se exhibió como una potencia insatisfecha e inconforme con el orden internacional liberal que contribuyó a construir, mientras Beijing pareció (y parece) un gestor cada vez más confiado y afirmativo de un ordenamiento global alternativo. A finales de los noventa la secretaria de Estado, Madeleine Albright acuñó el término de “nación indispensable” para designar a Estados Unidos y su influencia decisiva en los asuntos mundiales. Para varios países China se está convirtiendo hoy en la nación indispensable, mientras Estados Unidos se tornó en un país insoportable. Si se toma al pie de la letra la noción de poder revisionista, Estados Unidos bajo Trump lo epitomizó.

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