Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн

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Efectivamente, aquel acto tan solemne fue presidido por Josep Andreu Abelló, aunque según Antoni Gutiérrez este nunca llegó a presidirlo, ya que, formalmente nunca hubo un presidente en la Asamblea; sin embargo, fue Abelló quien abrió y cerró el evento, teniendo al cineasta Pere Portabella de maestro de ceremonias233. También asistieron otros conocidos intelectuales catalanes como Francesc Vila-Abadal, Agustí de Semir, el rector de la parroquia de Sant Medir Josep Mª Vidal Aunós, que representaba a la Comisión de Solidaridad con los presos, junto con Joaquim Boix Lluch, torturado cuando era estudiante en 1966; y, como ya estaba planificado, Josep Mª Juncá, párroco de Sant Agustí, que fue el encargado de cerrar con llave la parroquia al acabar la última misa de la mañana y abrirla al finalizar la reunión234. Veamos entonces con más detalle cómo discurrió este acto tan simbólico:

En la mañana del domingo 7 de noviembre, bajo una lluvia tenue, empezaron a llegar los primeros delegados de la Asamblea accediendo al interior de la parroquia bajo el control de vigilancia ejercido por la joven Teresa Bofill, compañera en aquel entonces de Carles Caussa. Esta vestía un jersey rojo y llevaba una guitarra que era la señal que daba la luz verde a la entrada.


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