Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн
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«Es necesario —decía el Generalísimo— la unidad y la continuidad como elementos preciosos para la convivencia y el progreso (…). En nuestro sistema lo único que no cabe son los partidos políticos ni nada que conduzca a ellos (…). A la democracia formal oponemos la democracia práctica, una democracia a través de cauces naturales (…). A las Cortes le corresponden juicios y valoraciones sobre la acción del gobierno en razón a la propia misión principal que les compete.»232
Sin embargo, cuando estas palabras salían de la boca del Caudillo, ya hacía casi dos semanas, concretamente el domingo 7 de noviembre de 1971, que en pleno centro de Barcelona había tenido lugar la I Sesión de la Asamblea de Cataluña en la iglesia de Sant Agustí Vell, sita en la calle Hospital del Distrito V.
Aquella vez, la policía, que estaba atenta a otros menesteres más importantes, como era el seguimiento y la seguridad del príncipe Juan Carlos, que participaba en una regata con el yate Dragón, no detectó: ni la extraña concentración de ciudadanos en una céntrica iglesia parroquial ni tampoco la reunión efectuada el día anterior entre una delegación de la Comisión Preparatoria con el rector de la iglesia, aceptando este último la reunión que se celebraría después de la última misa del domingo.