Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн
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Ese mismo día, el presidente del gobierno, Carlos Arias denunció la injerencia de algunos países en los asuntos internos españoles, comentando que nada le desviaría del compromiso en el empeño de asegurar el imperio de la ley. Estas frases, fuera de contexto frente a lo sucedido en los días anteriores, encontraron fácil comprensión cuando el día después de la concentración multitudinaria fueron asesinados cuatro policías armados: Antonio Fernández Ferreiro, Joaquín Alonso Bajo, Agustín Ginés Navarro y Miguel Castilla Martín. El día 6, de nuevo tres guardias civiles más cayeron en acto de servicio, llegando la jornada a ser declarada por el gobierno como siniestra.
Como era natural, ante la situación de máxima tensión política, la prensa no afín al régimen fue la primera en recibir los primeros impactos represivos. Los informativos Blanco y Negro, Mundo, Destino y la revista humorística Por Favor fueron secuestrados; incluso el periodista Antonio Burgos llegó a ser detenido y posteriormente puesto en libertad.