Читать книгу España y su mundo en los Siglos de Oro. Cronología de hechos políticos y culturales онлайн
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Cada personaje desempeña su papel y es movido como títere por los designios de Próspero, quien busca restaurar el orden natural con la ayuda del espíritu, Ariel. La magia contenida en los libros viene de una herencia medieval, pero mezclada con el asombro, el espectáculo, la maravilla y la ilusión creada por el encuentro con el Otro. Así, tanto en la obra como en la realidad, se crea un sincretismo entre lo nuevo y un bagaje medieval y mitológico que los primeros exploradores llevaban al llamado Nuevo Mundo para inscribir las creencias europeas en los espacios “en blanco”. Así mismo, Shakespeare ensalza los cuatro elementos del mundo natural del Renacimiento (aire, fuego, tierra y agua) y los conflictos entre los de arriba y los que son más terrenales. Ariel representa el aire, mientras el habitante nativo de la isla, engendrado por un demonio y una bruja, representado como un ser entre hombre y bestia y sumamente primitivo; representa la tierra. Su nombre es un anagrama de caníbal (Calibán), palabra del Caribe incorporada a las lenguas europeas, en 1499, por Américo Vespucio en sus Fragmentos del Nuevo Mundo; para reflejar la transculturación y aculturación lingüística de la época. No obstante, es curioso que, en la misma obra, se borren los límites entre los conceptos de barbarie y civilización, entre animal y humano, entre humano y espíritu, entre libertad y esclavitud, lo que se presta para reflexionar acerca de la naturaleza de los habitantes del nuevo mundo. Un conflicto que no se resuelve hasta 1537 cuando el Papa Paulo III publica la bula en donde escribe que los indígenas sí tienen alma y por lo tanto son seres humanos, y que se ve reflejado en los ensayos Michel de Montaigne acerca del salvaje noble y, precisamente, de los caníbales, en 1603.