Читать книгу Apuntes de Historia de la Iglesia 6. Edad Contemporánea - Siglo XX онлайн

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En su Tesis doctoral sobre Epicuro y Demócrito, afirmaba Marx que se siente Prometeo: “yo odio [como Prometeo] a todos los dioses del cielo y de la tierra que no reconocen por suprema divinidad a la conciencia que el hombre tiene de sí mismo”168.

El joven Lenin (1870-1924), siguiendo a Marx, afirmará que incumbe al proletariado convertirse en el mesías de la historia, pero no sin antes ser concientizado por la inteligentsia de su partido, llamado entonces socialdemócrata. Advierte que tal inteligentsia no puede ser de origen obrero sino burgués, como lo fueron Marx y Engels, tanto porque para transmitir esta concientización se requieren élites cultas, provistas de conocimientos filosóficos, históricos y económicos, como por ser la misma ideología socialista consecuencia directa del liberalismo (“resultado natural e inevitable”). Así lo expresaba Lenin en su semanario Iskra:

“Los socialdemócratas centran su atención en la clase obrera e industrial. Cuando los miembros avanzados de esta clase hayan asimilado las ideas del socialismo científico [–no el “utópico” del 48 francés–] y la idea del papel histórico del obrero ruso, cuando esas ideas alcancen una amplia difusión y los obreros creen organizaciones estables que transformen la actual guerra económica dispersa en una lucha de clases conscientes, entonces el obrero ruso, colocándose a la cabeza de todos los elementos democráticos... conducirá al proletariado ruso (junto al proletariado de todos los países) por el camino abierto por la lucha política hacia la victoria de la Revolución Comunista”169.

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