Читать книгу Apuntes de Historia de la Iglesia 6. Edad Contemporánea - Siglo XX онлайн

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El partido había nacido por la decisión de Gambetta de resistir en 1871 hasta lo último a las tropas prusianas que sitian París y provocar una reacción patriótica del pueblo francés como la de 1793 ante la invasión extranjera. El nombre de “radical” lo puso Gambetta por considerar a su partido como el genuino republicano, el consecuente con los principios e ideales de la Revolución francesa, a diferencia de otros liberalismos, “acomodaticios” (en realidad, con la Iglesia), que proclaman los principios de 1789 pero no los aplican con rigor, como sucedió durante la monarquía de Luis Felipe (1830-48), y aún más a continuación de la Revolución de 1848, por la que mucha burguesía liberal, antes más o menos volteriana, vira hacia la Iglesia.

En el curso de su no breve historia, el partido radical pasa por distintas divisiones internas. Con frecuencia carece de mayoría en las cámaras, y necesita para gobernar formar coaliciones con otros partidos republicanos, más conservadores, o con el socialista, adversario declarado del burgués partido radical54, pero éste, invariablemente, une a todos cuando los llama a la lucha contra “el clericalismo”, con la particularidad de que con tal término no se designa lo que propiamente expresa –conducta injusta del clero al abusar de su condición– sino que con él se califica toda actuación de la Iglesia que trascienda o repercuta en la vida pública de la nación55.

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