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Por otra parte, la distribución de la población en el país es fruto de los patrones de fecundidad y mortalidad regional, así como de los flujos migratorios internos. Una sola entidad federativa reúne más de la décima parte del total de los electores del país: el Estado de México, con 11.8 millones, 13.3% (cuadro 3). Le siguen la Ciudad de México (7.6 millones), Jalisco (5.9 millones), Veracruz (5.8 millones) y Puebla (4.5 millones). Las tres entidades con más carencias del país reúnen cada una más de dos millones de ciudadanos registrados en el padrón (Chiapas, 3.5; Oaxaca, 2.9; Guerrero, 2.5). En tanto, las entidades con menor peso poblacional en el padrón electoral son Baja California Sur (517 000 electores) y Colima (532 000).



El volumen de inscripción por primera vez al padrón electoral se mantiene en una media de tres millones de ciudadanos cada año. En el cuadro 4 se observan los movimientos exitosos de inscripción al padrón que, acumulados entre 2010 y 2018, suman 25.6 millones de nuevos electores. Como se ve en el cuadro, durante los años de elecciones federales (2012, 2015 y 2018) se redujo el número de trámites porque la inscripción al padrón electoral, por ley, se interrumpe cuatro meses antes de la jornada de votación y se reanuda al día siguiente. En la segunda década del siglo, las inscripciones al padrón electoral de los jóvenes que llegan a la edad de ciudadanía –esto es, que hacen su trámite por haber cumplido 18 años– han representado el 67% del total de nuevos electores inscritos.


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