Читать книгу La Relación Laboral Especial de los Abogados en Despachos онлайн

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Una vez recuperada la democracia y restablecidos al máximo nivel formal tales derechos y libertades universales, hay que considerar anacrónica la contraposición entre abogado laboralista, si se defienden intereses de trabajadores o de sus representantes, y abogado especialista en Derecho del Trabajo, si se defienden solo o alternativamente otros intereses, generalmente empresariales. Entiendo, pues, que ningún argumento de peso puede encontrarse hoy, dentro del marco constitucional español, para regatear el atributo de laboralista a todo abogado que encamine su actividad profesional a la defensa de clientes con pretensiones basadas en el Derecho del Trabajo, sea demandando derechos o respondiendo a las demandas interpuestas de contrario, ante todo tipo de instancias administrativas y judiciales. De la misma manera que no debe repugnar a nadie la utilización del adjetivo para aplicárselo a cualquier otro cultivador del Derecho del Trabajo, aunque no ejerza la profesión de abogado, de lo que tenemos un excelente ejemplo en la política seguida por ASNALA, nacida para aglutinar y promover la actuación de los abogados laboralistas y ampliada su acción a todos los profesionales dedicados a esa especialidad desde la Cátedra, la Administración y la Justicia.

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