Читать книгу Regulación del trabajo y Política económica. De cómo los derechos laborales mejoran la Economía онлайн
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En esta época se consagra lo que Pikettyssss1 llama el “propietarismo”. Una ideología en la que el derecho de propiedad privada está consagrado por encima de otros derechos –incluido la vida–. De esta forma, el propietario del capital es protegido por el Estado y las leyes, así se garantiza la herencia, la libre disposición de los bienes, la compra-venta, etc. Pero no solo ello, puesto que estos son derechos todavía garantizados actualmente, sino que los parlamentos de la época protegen activamente la propiedad privada, y los derechos del propietario, como superior a otros derechos. Así, se impide en múltiples ocasiones la creación de un impuesto progresivo al patrimonio y a la renta generada por el capital. De la misma forma, se prohíbe el asociacionismo obrero al considerar que interfiere en la libertad del propietario reprimiéndose cualquier iniciativa sindical. De acuerdo con las propias tesis, el objeto de estas asociaciones no es otro que el de forzar al alza la negociación del salario y la mejora de las condiciones de trabajo para la clase trabajadora algo frente a lo que el propietario del capital merece protección. Así pues, en este contexto, no es de extrañar que activamente los parlamentos nacionales tipificaran como delito las distintas manifestaciones del asociacionismo obrerossss1.