Читать книгу Régimen disciplinario castrense онлайн

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ssss1. Señala la Ley 1 del Título XXII que los adalides –que deben tener sabiduría, esfuerzo, buen seno natural y lealtad– son los que deben saber guiar las huestes y saberlas guardar de los malos pasos y peligros. Por su parte, la Ley 5 del mismo Título indica a los almogávares o almocadenes a los que antiguamente solían llamar caudillos de las peonadas siendo estos muy provechosos en las guerras y que viene a ser los caudillos de los peones.

ssss1. Se trata del haz, la mela, el cuneo, el muro, la cítara y el tropel.

ssss1. “(…) debe el caudillo resguardarla con fosos en derrededor, así, porque no reciba daño de los enemigos,, como para que no pierda las bestias ni le hurten ninguna cosa (…) todo esto deben los caudillos mandar á los otros que lo hagan: y el que no lo hiciere, siendo de los mayores, habrá la pena que el Rey le diere según fuere la cosa en se desmande; y siendo de los otros, no han de estimarse agraviados de lo que le hiciere el caudillo por via de castigo: mas siendo el yerro por culpa de este le dará el Rey la pena que merezca según el daño”. La misma sanción contempla la Ley 22 para el caso de incumplimiento de los deberes de protección de las partidas que recogía leñas: “(…) mientras cogieren la leña, yerva ó paja, os deben guardar caballeros armados, y poner sus atalayas que descubran la tierra, y puedan avisarles antes que los enemigos vengan á deshora sobre ellos; y han de cargar juntos para que no se derramen, ni se haga el rastro malo de guardar: Los que así no acaudillar, y los caudillos que erraren, han de haber la pena dicha en la Ley anterior”. La Ley 23 castiga, con especial dureza, al que abandonase o se pasare al enemigo con ocasión de un asedio, pudiendo el caudillo hacer lo que quiera contra el desertor. ocasionado (principio de proporcionalidad).

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