Читать книгу Violencia sexual. Análisis, Tipologías y diferentes perfiles онлайн

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Junto con otras armas el hombre descubre casi de forma innata sus genitales como instrumento contra la mujer. Sobrevalorando el falo como anatómicamente capaz de producir placer, causar dolor y también la humillación del sometimiento. El coitocentrismo y falocentrismossss1 agresivo encuentra el camino de unir el “eros y el thanatos” en un solo acto. El “piquerismo invertido” que reconduce al pene en una afilada arma de destruir y gozar con ello. Igualmente, a la inversa a finales del S. XIII a C el faraón Merneptah amputo 6359 penes como método para neutralizar la procreación del enemigo y así extinguirlo en su totalidad.

Ya en la Ilíada, de Homero S. VIII a C. se recoge el secuestro de mujeres y su explotación sexual como una concepción completamente aceptada y producto de la guerra. Es decir, se naturaliza que el vencedor puede disponer de la sexualidad de las mujeres vencidas a modo de botín de guerra.

En Atenas la violación era castigada pecuniariamente si no había mediado seducción o romance mientras que si había mediado cortejo o enamoramiento el marido tenía derecho a matar al supuesto conquistador. El problema radicaba en que tras la violación el marido estaba en la obligación de divorciarse de su mujer, quedando ella proscrita y sin poder volver a casarse. Luego siendo víctima se revictimizada perdiendo su honor, su honra y la posibilidad legal de rehacer su vida. En todo caso no se contemplaba el derecho de la mujer violada sino la honra de su marido.

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