Читать книгу Inteligencia artificial, Derechos Humanos y bienes jurídicos онлайн

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Un nuevo concepto que deriva de las directrices éticas es el de inteligencia artificial fiable que ha publicado en 2019 la Comisión Europea. Para que se considere como tal se han de cumplir los siete requisitos que enumera. Estos siete principios nos dan idea de los requisitos que van a ser de interés para los juristas para comprender y evaluar la incidencia legal de estos sistemas. La acción y supervisión humanas van a trasladar la responsabilidad hacia las personas, ningún sistema debe tomar decisiones autónomas sin el control por parte de un humano. Se exige una solidez técnica y de seguridad para impedir que el sistema sea defectuoso ni que pueda ser dañado o alterado en su funcionamiento lo que implica unas medidas de cuidado a la hora de desarrollarlos. Los sistemas inteligentes en su gran mayoría se alimentan de datos que va a derivar en la obligación de gestionar los datos y la privacidad en su uso. La exigencia de transparencia implica que la toma de decisiones se explicable, se pueda entender por qué el sistema da una determinada solución, que se sepa cuál es su finalidad y la capacidad que posee. Debe ser equitativo, no discriminatorio y pensar en la diversidad de grupos de una sociedad. Los bienes colectivos de medio ambiente, sostenibilidad, impacto social y democracia deben tenerse en cuenta en su desarrollo y uso. Finalmente, ha de tenerse una rendición de cuentas que implica que el sistema ha de ser auditable, que minimice los efectos negativos y en el caso en que se produzcan notificarlos, buscar equilibrios entre su uso y los riegos que van aparejados y, para terminar, gestionar las compensaciones que deriven de su usossss1.

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