Читать книгу Inteligencia artificial, Derechos Humanos y bienes jurídicos онлайн

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Desde la ciencia jurídica no existen grandes aportaciones a la definición de inteligencia artificial. Se da por sentado que el concepto está claro cuando en realidad, como estamos viendo, no es así. Una de estas aportaciones más fructíferas es la analizada por Hallevy, que realizó una aproximación al concepto centrándose en la idea de inteligencia. Según este autor para ser inteligente es necesario tener cinco atributos: una capacidad de comunicación, tener un conocimiento interno, tener un conocimiento externo, mostrar un comportamiento dirigido a la obtención de objetivos y, el quinto, creatividadssss1. Estos cinco atributos no se encuentran bien desarrollados. Así, la capacidad de comunicación la puede tener un perro con un humano pero es muy limitada. El conocimiento interno implica tener un conocimiento por sí mismo, mientras que el conocimiento externo es la capacidad de conocer sobre el entorno externo. La capacidad de conseguir objetivos implica la realización de acciones para conseguirlos, mientras que la creatividad la entiende como la capacidad de cambiar de acción cuando una falla. Estas cualidades las podemos encontrar fácilmente en la inteligencia artificial: es capaz de comunicarse con seres inteligentes, en muchos casos mejor que un perro; tiene un conocimiento interno, el algoritmo y sistema base de funcionamiento; es capaz de procesar datos del entorno externo, en muchos casos mejor que los humanos; resuelve objetivos concretos, de hecho, es su finalidad; y tiene una creatividad, entendida tal y como es definida por este autor. La definición de inteligencia artificial tendría estas cinco cualidades.

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