Читать книгу El sexo oculto del dinero. Formas de la dependencia femenina онлайн
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Los siguientes son comentarios textuales de mujeres que participaron en los grupos de reflexión:
«Yo podría trabajar medio día y sería suficiente, pero no trabajo sólo por el dinero, sino por el placer que me da trabajar… Pero me da vergüenza decirlo y entonces invento que es imprescindible mi aporte económico o genero necesidades para luego tener que cubrirlas… Eso no lo hago conscientemente, pero cuando me pongo a pensar me doy cuenta… Cuando no me da vergüenza, me da culpa, y entonces cuando vuelvo a casa me reviento haciendo cosas mientras mi marido lee el diario y los chicos juegan… Pero la verdad es que me divierto y disfruto con mi trabajo. Me excita y me mantiene en forma…»
«Yo de chica tenía una gran desvalorización del dinero. Mi padre era un bohemio que no le daba valor al dinero y las tres hijas somos no interesadas pero no nos gusta la miseria. Es difícil asumir que una quiere cosas que cuestan dinero y que gustan. Me da cierta vergüenza que esto se vea y que los demás se den cuenta».