Читать книгу El sexo oculto del dinero. Formas de la dependencia femenina онлайн

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Estas vivencias no son conscientes. Son vivencias asociadas a la sexualidad y desplazadas a las prácticas con el dinero.

Gusto, placer, excitación y vergüenza surgen en los discursos femeninos entrelazados y conectados. La vergüenza, generalmente ligada a una desnudez culpable. La desnudez, que la cultura occidental judeocristiana colmó con atributos pecaminosos, asociada fundamentalmente al goce sexual.

Podría decirse que para una mujer occidental judeocristiana esta desnudez es hacer ostentación de «deseos satánicos», encarnando con ello la tentación de la carne (nada nuevo desde Eva). Por lo tanto, llega a ser responsable —al igual que Eva— de las tragedias supuestamente desencadenadas por ella, en tanto se trata de una mujer desnuda que con su desnudez excita y provoca. Una desnudez pecaminosa que se transforma en fatídica cuando se hace ostensible, es decir cuando se ve y se muestra. Por lo tanto, se espera y exige que una mujer cuide a los otros y se defienda de ella misma de una ostentación que condensaría tanto los deseos exhibicionistas como la posibilidad de una acción «pecaminosa» y «fatídica».

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