Читать книгу El sexo oculto del dinero. Formas de la dependencia femenina онлайн

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Podríamos decir; sintetizando, que el gusto por el dinero es vivido inconscientemente (por las mujeres «excitables») como un goce sexual pecaminoso, indigno de una «mujer de bien». Y, consecuentemente, la ambición económica resultaría la ostentación exhibicionista de dicho goce.

Debemos pensar muy seriamente que estas vivencias supuestamente pecaminosas, asociadas con la sexualidad y desplazadas a las prácticas con el dinero, son uno de los mayores obstáculos internos con que tropiezan las mujeres (así condicionadas) para acceder a prácticas más libres y autónomas en relación al mismo.

A partir de esta relación, podría pensarse que aquellas mujeres que están «liberadas» sexualmente también lo estarían en relación al dinero. Esto sería una conclusión simplista. No debemos olvidar que uno de los atributos constitutivos del dinero es que sea, fundamentalmente, un instrumento de poder. Con lo cual no sólo es necesario dilucidar las implicancias sexuales en las prácticas del dinero, sino también dilucidar el impacto que el poder genera en las mujeres: cómo lo viven, cuál es el poder al que acceden, cuál es el que pretenden, qué poderes reales ejercen, cuáles imaginan detectar, cómo se distribuyen los distintos poderes entre los hombres y las mujeres, cómo vivencian las mujeres el poder en el ámbito público, cuáles creen que son sus alcances, etc. Con lo cual sería imprescindible investigar que les pasa a las mujeres con el ejercicio del poder. Esto nos llevaría a un complejo y exhaustivo análisis acerca de cómo se distribuyen el poder los hombres y las mujeres, de qué poderes se valen unos y otras, cuánto hay de realidad en esos poderes y cuánto de ilusión. Finalmente, qué equivalencias se establecen entre el poder económico y el poder de los afectos, etc., etc., etc.ssss1

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