Читать книгу Un viaje en el tiempo онлайн
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El profeta Samuel se enfrentó a una gran decisión, un poco parecida a la de Seward. Sigámoslo por el polvoriento camino de Belén para elegir un nuevo rey de Israel. Dios le había dicho que un hombre llamado Isaí tenía un hijo que sería el siguiente en sentarse en el trono de la nación. Sonaba bastante fácil, ¿verdad? Quizá Samuel se rió casi con ironía cuando llegó a la finca de Isaí para la ceremonia de selección... y descubrió que Isaí tenía más de un hijo. De hecho, ¡tenía toda una línea de hijos! Muy gracioso, Señor, me imagino a Samuel pensando.
Al inspeccionar la fila de jóvenes, Samuel pensó que cada uno podía ser el indicado. Eran altos, fuertes y parecían extremadamente inteligentes. Pero el Señor le decía a Samuel: “No, este no es el que quiero”. Finalmente, el profeta preguntó si había más hijos. Isaí se aclaró la garganta y murmuró: “Pues, está David”, ante un coro de risitas de los hermanos.
No me sorprendería si, cuando Samuel eligió a este adolescente, la gente se hubiera referido a él como “la locura de Samuel”.