Читать книгу Un viaje en el tiempo онлайн

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¿Tienes idea de lo que era vivir en un manicomio en la antigüedad? Por la forma en que se trataba a la gente, los manicomios se parecían más a cárceles que a hospitales. En aquellos días, un manicomio era para los dementes, o “lunáticos... que están furiosamente locos”, como dice una fuente. Pero los pacientes con otro tipo de problemas también acababan allí, como los sordos, los afectados por retrasos en el desarrollo o síndrome de Down, e incluso los ciegos. ¿Los ciegos?, puedes preguntarte. ¿Por qué iban a poner a los ciegos con los locos? La respuesta es sencilla: había muy pocos lugares a los que se podía llevar a los discapacitados para que fueran tratados como seres humanos.

En este día de 1830, se estableció un hospital en Worcester, ­Massachusetts, Estados Unidos, con el propósito de dar a “los locos” un lugar seguro para vivir. (Por supuesto, hoy en día nos referimos a estas personas como enfermos mentales, o pacientes con alguno de los innumerables trastornos psicóticos.) La legislatura estatal aportó 30.000 dólares para construir y supervisar un manicomio que acogería a 120 pacientes. El principal promotor del hospital fue un hombre llamado Horace Mann, también conocido por su labor en la apertura de muchas escuelas públicas. La mayoría de los pacientes que llenaban las habitaciones de este hospital habían estado anteriormente en prisiones.

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