Читать книгу Un viaje en el tiempo онлайн

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Si las Girl Scouts [Niñas Exploradoras] hubieran existido entonces, Annie probablemente se habría unido a ellas. El 12 de marzo de 1912, Juliette Gordon Low, de Savannah, Georgia, fundó esta organización que ahora inspira a casi diez millones de niñas de 11 a 17 años en todo el mundo. El nombre original era The Girl Guides, pero se cambió a Girl Scouts [Niñas Exploradoras] en 1913. Hoy en día, las niñas exploradoras son conocidas por muchas cosas, especialmente por las galletas tan ricas que venden. Sin embargo, el verdadero propósito de la organización es ofrecer a las niñas oportunidades de aventura y aprendizaje, y educarlas para que sean ciudadanas modelo.

Así como Annie Oakley, las niñas quieren hacer casi todo lo que hacen los niños. Juegan al rugby y conducen coches de carreras, estudian derecho e ingeniería, e incluso tienen la oportunidad de presentarse como candidatas a la presidencia. Organizaciones como las Girl Scouts facilitan aventuras a las niñas; y si son cristianas, pueden tener un impacto aun mayor. Tienen oportunidades de cambiar su mundo, no solo a través de carreras profesionales en cualquier ámbito que elijan, sino aún más a través del servicio fiel para ayudar a los niños necesitados, así como a los adultos, a vivir vidas más significativas. Al igual que Jesús cuando estuvo en esta tierra, quien atesoró a cada persona que conoció, las niñas pueden alentar a las personas que conocen a experimentar la mejor aventura de todas: una amistad con el Dios que creó la aventura. El autor del Salmo se refería a ellas cuando dijo: “¡Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú las sobrepasas a todas!”

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