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ssss1 En su Epístola 55 ad Ianuarium 22, Agustín escribe: “Por lo tanto, el único de los Diez Mandamientos que hemos de observar espiritualmente es el del sábado, porque reconocemos que es simbólico y no está hecho para ser celebrado con nuestra inactividad física” (CSEL 34, 194). Nos preguntamos cómo es posible retener el simbolismo del sábado como descanso místico y escatológico en Dios, y al mismo tiempo negar la base que sustenta dicho símbolo, es decir, la experiencia del descanso sabático literal.

ssss1 Eugipio (en torno a 500), por ejemplo, cita al pie de la letra el texto de Agustín, Adversus Faustum 16, 29 (Thesarus 66, PL 62, 685). Ver Beda (673-735), In Genesim 2, 3, CCL 118A, 35; Rabano Mauro (784-856), Commentaria in Genesim 1, 9, PL 107, 465; Pedro Lombardo (1100-1160), Sententiarum libri quatuor 3, 37, 2, PL 192, 831.

ssss1 Crisóstomo, Homilia 10, 7; In Genesim, PG 53, 89. Ephraem Syrus (306-373) apela a la “ley” del sábado para exhortar a que “se garantice el descanso de los siervos y de los animales” (S. Ephraem Syri hymni et sermones, ed. T. J. Lamy, I, 1882, p. 542). Para tener una visión de conjunto de cómo se aplicó la ley del sábado a la observancia del domingo, ver L. L. McReavy, “Servile Work: The Evolution of the Present Sunday Law”, Clergy Review 9 (1935), pp. 273-276. Ver textos principales en Willy Rordorf, Sabbat et dimanche dans l’Eglise ancienne, 1972, Nos 140, 143. H. Huber describe el desarrollo hasta el final de la Edad Media (Geist und Buchstabe der Sonntagsruhe, 1958, pp. ll7s.).

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